Un año después, Capital Radio repasa la historia de la caída del Banco Popular y su venta en la madrugada del 6 al 7 de junio de 2017. 

Una venta que resolvió en tiempo récord y a cambio de un euro. Esta fue la cantidad por la que el Popular cambió de manos y pasó a formar parte del Grupo Santander. En estos episodios especiales, Capital Radio aborda desde la perspectiva de los clientes de la entidad presidida en los últimos meses por Emilio Saracho.



Se cumple un año desde que en la madrugada del 6 de junio de 2017 el Banco Central Europeo (BCE) determinara que el Banco Popular era "inviable" y que estaba en riesgo de caída por el "deterioro significativo" de su liquidez, tras lo que el Santander acordó adquirir el 100% de su capital al precio simbólico de un euro, operación que al día siguiente sería aprobada por la Comisión Europea (CE) y que convertía al entonces banco presidido por Emilio Saracho en la primera entidad intervenida por la Junta Única de Resolución (JUR) desde su creación hace poco más de dos años.

Doce meses después de aquel episodio, el banco presidido por Ana Botín asegura que avanza "más rápido" de lo previsto en la integración del Popular, de forma que el negocio propiamente bancario parece ir revirtiendo su situación. No obstante, el frente legal se mantiene 'borroso' para la entidad cántabra, pues la responsabilidad del extenso abanico de contingencias en relación a los accionistas y bonistas afectados y a la propia idoneidad de la liquidación y posterior venta de Popular puede extenderse al banco cántabro, según aseguran a Europa Press fuentes jurídicas.

En la presentación de resultados referidos a este primer trimestre del año, el banco 'rojo' informó de que su beneficio atribuido aumentó un 26%, hasta los 455 millones de euros, tras la integración de Popular, al tiempo que anunció el lanzamiento de la primera iniciativa conjunta para los clientes del Santander y el Popular. Los costes, aunque aumentaron tras la incorporación de la entidad resuelta, se compensaron con las tendencias positivas en los ingresos comerciales y la mejora en el coste del crédito.