Mayor capacidad de obtención de contraseñas, ataques a estructuras financieras, robo de datos o incluso secuestrar parte de Internet: estas son algunas de las ciberamenazas que protagonizarán 2017. De cara al próximo año, hay que tener en cuenta cuáles serán los principales ataques de los hackers sobre Internet, una plataforma a la que los españoles nos conectamos una media de 5 horas al día.



El ser humano sigue siendo el eslabón más débil de Internet, pero los hackers prefieren empezar a actuar sobre grandes compañías. Los robos de datos personales ahora se utilizan para obtener información detallada sobre los empleados y ejecutivos de grandes empresas y comprometer así las cuentas de la compañía. En este aspecto, las entidades financieras son las que corren más peligro: en 2016, un ciberataque sobre el SWIFT (el código necesario para realizar transferencias internacionales) le costó al Banco Central de Bangladesh 81 millones de dólares.


Los ataques sobre los usuarios son cada vez más sofisticados. Ya es común recibir emails en los que se solicita el número de cuenta del usuario para cobrar una deuda pendiente, o un anuncio publicitario que contiene malware. Pero en 2017, vamos a ver mucho más: los fraudes a usuarios, la predicción de contraseñas o el robo a anunciantes se van a producir al mismo tiempo con un solo clic.


La plataforma más peligrosa seguirá siendo la nube. A medida que la cloud se populariza como contenedor de datos virtuales, los hackers seguirán buscando nuevas formas de explotar sus vulnerabilidades para predecir contraseñas y otros datos personales.


Sin embargo, el sistema más vulnerable será el cada vez más usado IoT (Internet de las cosas). Los ciberataques pueden aprovecharse de un sistema operativo mal mantenido para secuestrar dispositivos desde ordenadores portátiles hasta monitores de bebés y acceder a una red doméstica.


Internet se sujeta en una estructura cada vez más arcaica que nadie renueva o reemplaza desde su creación. Estas conocidas como “puertas traseras” son aprovechadas por los hackers para no dejar rastro de sus acciones en la red. El estudio realizado por SOPHOS, sistema de seguridad y protección de datos, advierte especialmente de los peligros de no cambiar las contraseñas con regularidad o de crear atajos en webs, como por ejemplo, guardar nuestra cuenta corriente en una página de compra online para saltarnos este paso.


2016 ha sido protagonista de cientos de ciberataques a cuentas personales, empresas e incluso países. Es por ello que para 2017, la principal recomendación es que “toda precaución es poca”.