El último informe de la Agencia Internacional de la Energía asegura que el crecimiento de la demanda global de petróleo se reduce en el tercer trimestre del año a 1,2 millones de barriles diarios, un frenazo con respecto al trimestre anterior pero que no altera las predicciones para el conjunto de 2017.

Entre abril y junio, esa subida fue de 2,2 millones de barriles diarios si se compara con el mismo periodo de 2016, lo que representó el mayor ascenso interanual desde mediados de 2015.

La AIE puntualiza que esa ralentización del crecimiento en el tercer trimestre "devuelve la demanda a niveles más normales". Eso si, destaca que los meses de "julio y agosto han sido relativamente débiles", y, sobre todo, el impacto de los huracanes Harvey e Irma sobre el continente americano en septiembre.

Todo ello no impide que la AIE mantenga su pronóstico de crecimiento global de la demanda en 1,6 millones de barriles diarios en 2017, hasta 97,7 millones, y en 1,4 millones en 2018, hasta 99,1 millones.

Se espera que la demanda rebote al alza en el último trimestre de este año, con un alza interanual de 1,7 millones de barriles diarios, en unas condiciones meteorológicas "normales" en el hemisferio norte.

Por mercados, la AIE llamó la atención sobre la disminución del crecimiento de la demanda en Estados Unidos, con un aumento de 250.000 barriles diarios con respeto a los 650.000 barriles diarios que se alcanzó en junio.

Respecto a la oferta, la producción global de petróleo creció 90.000 barriles diarios en septiembre respecto a un año antes, lo que elevó el bombeo a 97,5 millones de barriles diarios, sobre todo gracias a los países no miembros de la OPEP.

Se espera que los Estados que no forman parte de esa organización eleven este año su producción en 700.000 barriles diarios con respecto a 2016, una cifra que se duplicará hasta los 1,5 millones de barriles diarios en 2018.

Por su parte, los países de la OCDE se mantuvieron en septiembre virtualmente en los mismos niveles de producción que un año antes, ya que los ligeros incrementos en crudo de Libia y de Irak se vieron compensados por el descenso en el de Venezuela.