Carlos Alameda.- El mundo de la ciencia ha perdido un guía. Un gran científico y divulgador que nos ha explicado como nadie el origen del universo y sus mecanismos. El complejo organismo vivo que es este universo sin límites ante sus ojos, inmenso, lleno de retos, de preguntas, de enigmas por descubrir. En su apasionante vida nos enseñó mucho: que siempre hay esperanza, que no debemos rendirnos y que el sentido del humor es una pieza tan importante como comprender el origen de la materia y compartirlo.

Y como prueba, las últimas palabras de su libro "Historia del Tiempo":
"Si descubrimos una teoría completa, con el tiempo habrá de ser, en sus líneas maestras, comprensible para todos y no únicamente para unos pocos científicos. Entonces, todos, filósofos, científicos, y la gente corriente, seremos capaces de tomar parte en la discusión de por qué existe el universo y por qué existimos nosotros. Si encontrásemos una respuesta a esto, sería el triunfo definitvo de la razón humana, porque entonces conoceríamos el pensamiento de Dios".



Aunque él mismo consideraba que la intervención de Dios no era necesaria para la creación del universo, y que debía ser muy aburrido ser Dios y no tener nada que descubrir... Stephen Hawking: hasta siempre.

No rendirse

Hawking nos deja una vida plena a pesar de sus dificultades. El principal reto que nos ponía era el de no rendirnos. Cuando nos quejamos de nuestra vida, deberíamos mirar a las dificultades que él tuvo, cómo las superó, como afrontó durante más de 50 años la perspectiva de una muerte prematura por su enfermedad, la esclerosis lateral amiotrófica, ELA.. No tenía miedo a morir, pero tampoco prisa por hacerlo. Le quedaba mucho por descubrir.

Radiación de Hawking

Entre los desafíos científicos que nos deja, el primero es confirmar su teoría sobre la radiación de los agujeros negros a la que puso nombre. No será fácil contestar a la pregunta de si pueden escapar partículas de los agujeros negros. El propio científico pidió a sus colegas del Instituto Astrofísico de Canarias (IAC) que utilizaran la nueva generación de telescopios Cherenkov para confirmar su teoría.

Un nuevo hogar para la humanidad

Tampoco parece sencillo encontrar una nueva Tierra. La preocupación de que la raza humana acabe haciendo inhabitable nuestro planeta, le hizo implicarse en el proyecto Starshot (Disparo estelar), apadrinado por multimillonarios como Yuri Milner y Mark Zuckerberg. El objetivo es lanzar una mini nave, del tamaño de una tarjeta de móvil con una vela que recoja la energía de un láser disparado desde la Tierra. La pequeña nave se dirigiría al sistema Alfa Centauri, donde se cree que puede haber condiciones para la vida. Este sistema permitiría acortar el viaje a 20 años, porque el pequeño dispositivo alcanzaría un 20% de la velocidad de la luz.

 

Temor al contacto con otros mundos

Y por último, nos deja el reto plagado de advertencias del encuentro con civilizaciones extraterrestres. Hawking siempre vio esta posibilidad con cautela. Para él, revelar nuestra posición en el espacio era una temeridad. Dado que si una civilización era capaz de interpretar la señal, probablemente su capacidad tecnológica fuera enorme, y podría conquistarnos fácilmente. "Nos darían el mismo valor que les damos nosotros a las bacterias", dijo.

Aprender sobre el espacio, será más difícil sin él. El hombre que nos enseñó de forma sencilla que había que mirar hacia las estrellas.