El impuesto a la banca propuesto por el Partido Socialista para financiar las pensiones funcionaría como un seguro por el "riesgo sistémico" de que necesitara ser rescatada con fondos públicos. El impuesto del 8% propuesto se aplicaría sobre la misma base imponible que el de sociedades, pero no supondría elevarlo, sino crear uno nuevo. Se impondría tanto a la banca rescatada como a la que no lo fue a raíz de la crisis de 2008 durante "el tiempo necesario hasta acabar con el déficit de la Seguridad Social". La propuesta aún debe ser debatida, según Manuel Escudero, Secretario de Política Económica y Empleo del PSOE.



La aplicación de un impuesto a los bancos podría repercutir en los consumidores, en caso de que decidieran subir el precio de sus productos para pagarlo. Sin embargo, Manuel Escudero considera que la competencia en el mercado bancario esquivaría esta posibilidad. El Secretario de Economía del PSOE justifica que la banca aporte al sistema de pensiones público porque es deficitario mientras que la banca que fue rescatada con 77 millones de euros de las arcas estatales ahora tiene beneficios.

Manuel Escudero no dice hasta cuándo se aplicarían las medidas extraordinarias: "no sabemos cuánto tiempo será necesario". La intención del PSOE es que se mantenga hasta que la Seguridad Social deje de ser deficitaria. Añade que en el caso de que se cambiara la política de empleo sería posible resolver el déficit de la seguridad social entre el año 2020 y 2022.

Con el impuesto a la banca y otro a las transacciones financieras, el Partido Socialista espera que el Estado pueda recaudar entre 800 y 1.000 millones de euros para mejorar la situación deficitaria del sistema de pensiones. Las medidas no están concretadas pero el PSOE espera llevarlas al Parlamento y al Pacto de Toledo. La Seguridad Social anunció que necesitaría un préstamo de 15.000 millones para financiar las pensiones de 2018.