El Banco Mundial ha recortado su previsión de crecimiento mundial para 2016 hasta el 2,9%. Es un 0,4% menos que la previsión que el organismo realizó en junio. ¿El motivo? la evolución desfavorable de economías como la brasileña y la china. La revisión es más drástica para los emergentes como Brasil y Rusia, tocados por el precio de las materias primas.

China, en plena transición económica, ralentizará su expansión un 6,7% en comparación con el 6,9% de 2015, lo que significa 0,3 puntos porcentuales menos que lo previsto hace seis meses y su peor resultado desde 1990. La segunda mayor economía mundial padece desde hace meses de episodios de turbulencias financieras como el de hoy, en el que la bolsa ha tenido que cerrar ante caídas del 7%.

La revisión de proyecciones es más drástica para otros emergentes ya en recesión como Brasil (-3,6 puntos básicos a -2,5%) y Rusia (-1,4 puntos a -0,7%). Ambos países están siendo jaqueados por la caída de los precios de las materias primas, productos primarios y la energía.

Los países de más altos ingresos terminarán un poco mejor 2016, dice el BM. Estados Unidos crecerá 2,7% y la zona euro 1,7%, y en ambos casos la proyección fue rebajada solo en una décima de punto porcentual."El crecimiento más fuerte de las economías avanzadas compensará solo parcialmente los riesgos de persistente debilidad de los principales emergentes", ha comentado Ayhan Kose, responsable de las proyecciones económicas del BM.



 

IMPACTO EN LA POBREZA

El Banco Mundial también ha alertado de que la debilidad observada simultáneamente en la mayoría de los principales mercados emergentes dificulta la posibilidad de alcanzar los objetivos de reducción de la pobreza y prosperidad compartida, ya que dichos países "contribuyeron enormemente al crecimiento mundial en los últimos años".

En este sentido, avisa de que los efectos secundarios derivados de los principales mercados emergentes limitarán el crecimiento de los países en desarrollo y pondrán en peligro los logros obtenidos en los esfuerzos en reducir la pobreza.

Y es que según el organismo, más del 40% de la población pobre vive en países en desaceleración económica.