Syriza ha firmado su primer contrato de privatización por valor de 1200 millones de euros. Lo ha hecho con Fraport, una empresa alemana que opera en el aeropuerto de Frankfurt que gestionará 14 aeropuertos griegos.

Este movimiento resulta clave para Grecia. Por una parte, porque le permitirá ganar confianza de cara al mercado y, por otra, porque una de sus principales fuentes de ingresos es el turismo, que representa alrededor de una quinta parte de su PIB. Este acuerdo ayudará al país a conseguir que su objetivo de recaudar 3000 millones de euros en venta de activos para el año que viene, reducir su carga de la deuda y aumentar la inversión mediante capital extranjero.

El acuerdo ya había sido objeto de negociación antes de que Syriza ganase las elecciones generales en enero. Ahora, el primer ministro Alexis Tsipras lo ha reactivado como plan de rescate del país a pesar de la resistencia de los sindicatos y la opinión pública.

Y es que las privatizaciones han sido una condición clave en los rescates a Grecia desde el año 2012. Pero hasta el momento Atenas sólo ha planteado unos 3'5 millones de euros por la venta de activos estatales, cuando su objetivo inicial es de 50 millones de euros.