Aena presenta este miércoles su plan estratégico para el periodo 2018-2021, que inicialmente estaba previsto detallar el 7 de junio pero que se suspendió coincidiendo con la moción de censura y el consecuente cambio de Gobierno.

Para los analistas, lo más importante es conocer las posibles políticas a futuro de expansión. En este capítulo, el foco de atención se centrará en si AENA va a crear un vehículo financiero para acometer inversiones internacionales. Esta era la idea del anterior presidente Jaime García-Legaz. Los expertos prevén una política continuista respecto de las anteriores medidas previstas, aunque guardan la cautela respecto al nuevo equipo del nuevo presidente Maurici Lucena, de ahí la caída de la acción desde los 180 a 145 euros.

El segundo punto a tener en cuenta es la retribución al accionista. Lucena ya confirmó a los accionistas que va a mantener la política de dividendos aprobada por el Consejo de Administración a finales de mayo, cuando todavía dirigía la compañía Legaz. Dicha política de dividendo consiste en un 'pay out' del 80% del beneficio del gestor hasta el año 2020.

La tercera clave a vigilar son los planes inmobiliarios de los aeropuertos de Madrid y Barcelona, aunque todo parece que los planes seguirán su curso tal y como estableció el equipo de Legaz. De esta manera aumentaría la capacidad de estos aeropuertos, una buena noticia para el Prat, que según los analistas se encuentra en el límite de capacidad. En este capítulo se podría esperar un plan de unión con algunos trenes de alta velocidad. Otro de los objetivos sería atraer tráfico internacional, preferentemente transoceánico de largo radio,
Con respecto a las tasas, a finales de julio el equipo actual anunció que mantendrá el descenso de las tarifas aeroportuarias del 11 % hasta el 2021, pese a que las congelará en 2019, año a partir del cual aplicará incentivos a las aerolíneas con descuentos en la tasa de pasajeros por abrir nuevas rutas y por los crecimientos en las que están ya operativas.

Los inversores vigilarán otras cuestiones como las perspectivas de tráfico aéreo que han mostrado una cierta ralentización en los últimos tres o cuatro meses, según nos cuentan los expertos.