El misterio escondiéndose en el horizonte, cada tarde, cada noche. Sol y luna abrazándose tras el Faro de Barbaria mostrando su despedida al azul turquesa del horizonte. Un color que guarda un secreto en su tonalidad. Como quien encuentra el cofre del tesoro, quien visita Formentera descubre la magia en sus aguas.

La Posidonia oceánica es precisamente eso, un tesoro natural; una planta marina especial y culpable del tono turquesa y cristalino de las aguas de Formentera y, por consiguiente, de la fama que ha conseguido a lo largo de los años por sus impresionantes playas y calas. Una especie endémica del Mediterráneo y Patrimonio de la Humanidad desde 1999.

Es el motor de la vida marina de la isla, una planta con flores y frutos de los que se alimentan y donde viven miles de especies. Sin embargo son muchas las amenazas que se ciernen sobre estas maravillosas praderas: el fondeo de embarcaciones, la contaminación marina, los vertidos, la extracción de arena y dragado o el cambio climático, entre muchas otras.

Con el objetivo de proteger este tesoro mediterráneo surgió el Save Posidonia Project, un proyecto pionero en el mar Mediterráneo occidental que nació en 2017 del deseo del Consell Insular de la isla por promocionar el turismo sostenible y lanzar un plan de acción para recaudar fondos que se destinan exclusivamente a la conservación de la Posidonia Oceánica. Siguiendo su estela, este año, se realizará un Forum, el día 19 de octubre, en el que participarán biólogos, ONGs como Greenpeace, Oceana o WWF. Un encuentro donde se crearán grupos de trabajo con los empresarios de la isla para debatir temas sobre sostenibilidad, turismo, medio ambiente y la manera de enfocarlos para su mayor eficiencia.

Gracias al Save Posidonia Project se han apadrinado ya más de 132.000 metros cuadrados  de esta planta marina (un euro el metro cuadrado). Las Islas Baleares tienen una extensión de 55.765 hectáreas  de pradera de Posidonia, de las cuales 7.650 corresponden a las aguas de Formentera. Esto se traduce en 76,5 millones de metros cuadrados a proteger sólo en Formentera.

La primera edición del Save Posidonia Project del Consell de Formentera premió los proyectos presentados por el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA) y por el grupo ecologista GEN-GOB, subvencionados con el dinero recaudado. Los 16 miembros del comité técnico eligieron el estudio llamado ‘Antroposi’ presentado por el IMEDEA. Se trata de un trabajo que pretende averiguar cómo afectan directamente las actividades humanas a las praderas de Posidonia. La duración prevista del estudio es de un año y medio y está dotado con un presupuesto de 83.822 euros.  

El GEN-GOB, por su parte, presentó un estudio de diagnóstico medioambiental de las áreas de fondeo en todo el litoral de Formentera. Su objetivo es geolocalizar los puntos donde se generan los impactos más relevantes y desarrollar mapas de usos para estas zonas, además de determinar la salud ambiental de las praderas de posidonia afectadas por el fondeo de embarcaciones.

Foto Formentera